Soy Marta Barrera, amante de los animales desde que tengo uso de razón. Mi primer compañero en mi vida de adulta e independizada fue TOM labrador, al poco llegó JERRY gato europeo y al año llegó MAX pastor alemán.

Gracias a Tom empecé en este mundo de formación continua, mi primer curso de Monitor de educación canino donde aprendí las bases de la educación canina en positivo y crecimos juntos, me enseñó mas él que yo a él, desde entonces, he aprendido de todos mis compañeros peludos, han sido mi apoyo, me han ayudado en mi crecimiento personal, emocional y profesional. Puedo decir con satisfacción que estuve ejerciendo como educadora canina, ayudando a familias multiespecie compuestas desde perros, gatos, caballos, ponis, hasta gallinas a entenderse mejor.

En un momento de mi vida empezó a fallarme la espalda y acabé sentada en una silla de ruedas y mi vida cambió; siempre había sido una persona muy activa y sobre todo compartía mi tiempo andando con mis perros cuando no estaba cuidando, jugando, educando y sacando a pasear a otros perros por la montaña.

En ese momento hacía 5 años que convivía con LYA, pastor belga malinoise y hacía poco había incorporado en casa a Lluna, una Golden adoptada con 2 años de hacía muy poco y no sabía hacer sus necesidades atada, pero no obedecía a la llamada, por tanto no la podía soltar y Lya empezó a cambiar de actitud hacia personas y perros, me frustre no sabía como arreglar esa situación, me empezaron a rondar las frases que decían los demás de mí y mis perras: -¿Has visto que mal se portan? -¡Qué peligro! -¿Has visto como van?

Nadie nos prepara para estas cosas, tuve muchos problemas, me sobrepasó, el bienestar de las 3 estaba en juego... decidí reubicar a Lluna creyendo que hacía lo mejor, así que gestioné con ayuda, la cesión de Lluna a una protectora para encontrarle una familia que cubriera todas sus necesidades; vino un responsable de la protectora que vio mi realidad, estuvo horas valorando la relación y el comportamiento de las perras y le dije llorando que se llevase a las dos (pensando en su bienestar), él se negó a llevarse a Lya, vio el vínculo que había y me dijo que yo la necesitaba, se lo agradezco de corazón, porque Lya ha sido mi salvación.

Hemos mejorado ese cambio de actitud hacia las personas y seguimos trabajando. Ella ha estado siempre a mi lado, me ha dado motivos para seguir, para hacer... aunque no pudiera hacer de la misma manera que antes de la silla de ruedas, aunque no encontrara faena, aunque algunas personas me trataran de manera distinta, no entendieran mi realidad o simplemente se apartaran y yo no lo entendiera... Al llegar a casa ella estaba allí, para animarme y enseñarme que para ella yo seguía y sigo siendo igual o mejor.

He aprendido que puedo mirar de hacer las cosas de otra manera y son igual de válidas, he aprendido que el tiempo es algo relativo, incluso me he dado cuenta que tengo más valor que antes, he crecido, he evolucionado.

No suplo ningún médico, ni psicólogo, ni medicamentos, es una área de las Terapias Asistidas con Animales comprobada que bien gestionada da resultados muy buenos para el conjunto de la familia multiespecie y ayuda a recuperar la autoestima, anima a la persona y por tanto da pie a querer hacer más cosas, acaba siendo una manera de ser más autónoma porque lo ves cada vez más factible y confías más en tus capacidades siendo consciente de tu realidad y buscando alternativas.

A la vez ayudo a que no se tengan que deshacer de sus mascotas, porque esto crea un sentimiento enorme de culpabilidad, frustración, soledad y realmente los beneficios que aportan los perros están comprobados científicamente y es muy doloroso decirle adiós a un miembro de tu familia por poco tiempo que haga que esta contigo; cuesta mucho rehacerse de esto y hay soluciones para mejorar la convivencia y la calidad de vida de ambos; es por esto que estoy emprendiendo este negocio multiespecie y estoy convencida que será útil para muchas personas.